jueves, 3 de mayo de 2012

¿ Café para todos ? 2006


La motivación del profesorado: 
“COBRAR MÁS POR TRABAJAR MEJOR, PREVIA FORMACIÓN OBLIGATORIA DE CALIDAD Y COMPROBACIÓN DE SU APLICACIÓN EN EL AULA” 

Soy funcionario, de los muchos que procuran trabajar bien. Antes de ser maestro de escuela supe lo que eran otros trabajos. Valoro ser maestro. Paso de los compañeros narcisistas y endogámicos poco comprometidos e instalados permanentemente en el discurso de la "queja" y del "victimismo". No sé si son muchos pero se oyen demasiado y han conseguido que su discurso, cómodo e irresponsable, impere. Creo que los profesionales de la educación hemos de ser los primeros en explorar y proponer soluciones a las realidades escolares, sean como sean. Hay que dejar la política del avestruz, “de la nostalgia del pasado” y de la queja permanente... muchísimos viven mucho peor que nosotros. Creo que trabajando “todos más” se podría dar respuesta a muchas necesidades de los chavales y especialmente si todos cumpliésemos el horario laboral en el centro docente. Creo que hay que dar más horas lectivas, reducir las complementarias, simplificar el papeleo y “reunirnos lo necesario e imprescindible” para tomar decisiones vinculantes, ayudarnos y animarnos en la difícil, importante y trascendente tarea docente. Menos Pedagogía de papel y menos pedagogía del silencio. Acción docente eficaz por competencias. Creo en la carrera docente única porque concedo a la Educación Infantil  tanta importancia como al Bachillerato. Creo que la escuela esta abocada al fracaso y que es necesaria otra escuela. Pero... ¿Es posible otra escuela? Tengo fe y me emociona la movilización educativa tan utópica del profesor Marina. Me encanta la filosofía de esa web porque se centra en "lo que yo puedo hacer para solucionar los problemas", en intervenir sobre las variables escolares que yo pudo controlar. Creo en el principio sindical de "al mismo trabajo el mismo jornal” pero no comparto que cobremos todos lo mismo "independientemente" del compromiso diario con la docencia y de la eficacia profesional. Creo en la formación permanente del profesorado aunque se estén invirtiendo importantes recursos económicos y humanos con escasa rentabilidad didáctica en el aprendizaje de los chicos. La realidad real cambia poco. Hay cambios puntuales en los centros y muchos y excelentes proyectos de innovación que frecuentemente son "fuegos artificiales preciosos”,  pero efímeros. La mayoría de los centros escolares no tienen historia o  tienen la misma historia todos los cursos. Parece que siempre hay que empezar de cero. Lamentablemente, la mayoría de las innovaciones se van de los centros con los concursos de traslados. Son preciosas, laboriosas y valiosas historias personales pero no son proyectos de centros autónomos asumidos por la comunidad educativa. Creo en las buenas prácticas de tantos y tantos profesores, que por intentar innovar, han de justificar permanentemente su forma de hacer escuela ante sí mismos, ante los compañeros, ante los padres... y que  son observados “de reojo” cuando no criticados y zancadilleados. Somos muchos y seríamos muchísimos más los que romperíamos las amarras del pasado si oficialmente se nos respaldase y nos sintiéramos “blindados” ante ciertos compañeros y padres. ¿Cómo? Diferenciando las aulas innovadoras con un complemento económico. Eso aporta respeto. Creo que una formación de calidad debería ser obligatoria y que, tras una evaluación positiva de su aplicación en el aula, debería convertirse en un importante incentivo económico que pasase a nómina. Con café para todos, con el voluntarismo de siempre... avanzaremos muchos individualmente pero poco colectivamente.  No creo que nadie le ponga el cascabel al gato, ni que interese ponérselo... y por eso ya no creo en la posibilidad de una escuela transformadora, pública, laica e inclusiva. Ganaremos batallas pero yo no veré la guerra acabada. Es posible que no haya solución y que lo habitual siga siendo hacer lo habitual, tradicional e histórico. El sistema educativo seguirá poniendo vallas en vez de enseñar a aprender a saltar las vallas.  Sálvese quien pueda... aunque hagan falta cada vez más profesores particulares para "aprobar la selectividad". Los ciudadanos nos pagan para que cada niño aprenda todo lo que pueda... pero dejamos a demasiados en el camino, en la cuneta... indiferentes a la escuela, a la cultura y a esta sociedad. ¿Faltan recursos o sobras especialidades en el profesorado? En cualquier IES de 500 alumnos trabajan más de 60 profesores. Conozco colegios de doble vía “normales” con 390 niños y 30 maestros. ¿Por qué se hacen los horarios del profesorado antes de conocer las necesidades del alumnado?  Seguro que a alguien muy poderoso le interesa que la escuela siga cumpliendo con su función clásica y clasista: Como guardería reproductora de desigualdades para un destino mercantilizado de la mayoría de las personas. Lo de aprender a pensar, ser, sentir, hacer... Pero yo a lo mío...¿Y yo qué puedo hacer?  Caminante, no hay camino: Se hace camino al andar, aunque no sepas muy bien cómo pasar desde la orilla de hoy a la orilla del futuro. Ya hay caminos y sendas trazadas con los proyectos de trabajo, con el aprendizaje cooperativo, con las nuevas tecnologías, con el entorno, con uno mismo... hacia un horizonte claro: Una escuela inclusiva de calidad donde todos quepamos y no sobre nadie. Aprender es un derecho de todos los niños. Cobramos para hacerlo realidad. Ese es nuestro reto profesional para todo el siglo XXI.



Es el blog de un maestro de escuela, de muchos maestros de escuela que creen que es necesaria otra escuela pero que no saben muy bien cómo pasar desde la orilla del hoy a la orilla del mañana. Pero pasaremos...
Mi misión la tengo clara: Me pagan para ayudar a que todos mis alumnos aprendan a pensar, a ser, a querer, a saber, a hacer..  Lo que más me preocupa es que TODOS APRENDAN, que todos crezcan... Tengo muy claro que no estoy para poner vallas sino para enseñarles a saltarlas. Así de sencillo
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